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Difusión

La opinión del experto por José Javier Ruiz: ‘Investigadores de la Academia, os necesitamos’

Tuesday, 30 January 2024

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En España hay más de 150.000 investigadores trabajando tanto en universidades como en Organismos Públicos de Investigación (OPIs). Constituyen la gran fuerza bruta de la ciencia española, y por eso deberían ser el motor principal de la innovación y el desarrollo de nuestra sociedad. Sin embargo, por muchos motivos (la mayoría ajenos a los propios investigadores), la Universidad no es esa locomotora de la innovación que cabría esperar.

En efecto, muchas de las innovaciones generadas en centros públicos de investigación mueren en una publicación científica, algunas posibles patentes se quedan en un cajón y muy pocos investigadores llegan a tener o a participar en la creación de una empresa. Mientras tanto, los investigadores mueren ahogados por la burocracia del día a día y asfixiados por una carrera valorada exclusivamente en términos curriculares y de publicaciones científicas.

La consecuencia es que nos encontramos con que gran parte de la innovación tiene su origen en el sector privado, que no considera un socio preferente a las universidades al comprobar que las tasas de comercialización de las investigaciones públicas son muy bajas y que la transferencia que se produce desde la Academia es escasa y poco efectiva. Como muestra de los claros desequilibrios del sistema español de ciencia y tecnología, estos cuatro datos reflejan un panorama desalentador:

  1. La inversión privada de empresas en la I+D de la Universidad es baja y se reduce paulatinamente en los últimos años. Menos del 6% de la financiación de la I+D de la Academia procede de las empresas, lo que confirma que el interés del sector privado por financiar investigaciones públicas es muy bajo.
  2. Las empresas tienen poco interés en colaborar con Universidades y OPIs. A la hora de realizar I+D, las empresas españolas prefieren colaborar con otras empresas privadas (65,12%) frente a las universidades (10,54%). Dicho de otra manera: los organismos públicos de investigación no son socios preferentes para las empresas.
  3. El número de solicitudes de patentes realizadas por las universidades españolas sigue una tendencia decreciente en los últimos años y con un ingreso medio por patente casi residual.
  4. El número de spin-offs creadas se va reduciendo en la última década, (79 en 2020 frente a las 131 del año 2010).

Con estas evidencias necesitamos políticas efectivas que apuesten por el fomento de modelos de investigación equilibrados, que puedan crear las condiciones para que el personal docente e investigador pueda desarrollar innovaciones con propósito e impacto, sin que esto comprometa su carrera investigadora. Con modelos de investigación equilibrados no nos referimos a dirigir al científico hacia determinadas líneas de investigación, sino a crear las condiciones para que tenga el propósito claro de hacer, dentro de su línea de investigación, la mejor investigación posible, la más relevante, puntera, transferible y deseable por el mercado y la sociedad, todo ello sin perder su rol de investigador científico.

Un buen marco conceptual ya clásico para entender y definir políticas que equilibren los modelos de investigación es la «Matriz de Stokes» o «Cuadrante de Pasteur». Este modelo define dos dimensiones básicas: el «interés por la búsqueda de conocimiento básico» (eje vertical) y el «interés por la aplicación» en el eje horizontal. De este modo, en la matriz quedan definidos 3 modelos de ciencia deseables:

  • Cuadrante de Bohr o investigación científica, que tiene el potencial de generar el nuevo conocimiento per se.
  • Cuadrante de Edison o investigación aplicada para satisfacer necesidades concretas.
  • Cuadrante de Pasteur o investigación inspirada en el uso que produce nuevo conocimiento y una aplicación clara para la sociedad.

En modelo, por último, recomienda alejarse del cuarto cuadrante o zona taxonómica.

En definitiva, hoy más que nunca en nuestra historia necesitamos modelos de investigación equilibrados que provengan de políticas científicas adecuadas y un sistema público de ciencia y tecnología orientado a crear conocimiento útil y transferible. Necesitamos diseñar mecanismos que desliguen en gran medida al científico de los méritos curriculares vinculados a las publicaciones. Necesitamos más que nunca a nuestros científicos. No nos podemos permitir perder el motor más importante de nuestra innovación. Investigadores de la Academia, os necesitamos.

José Javier Ruiz

Fundador de Prismático Innova

Miembro del Equipo de Trabajo de EMURI 

 

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