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Difusión

Las actividades con alto contenido tecnológico

Friday, 26 April 2024

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Las actividades de alta tecnología (AT) se identifican por exigir una constante y rápida renovación de conocimientos, mucho más intensa que en el resto de sectores económicos. Progresión que conlleva un elevado grado de complejidad, que solo puede ser satisfecho con un continuo esfuerzo de investigación y una sólida base tecnológica. Usualmente se conocen con el término de actividades avanzadas, frente a las intermedias y tradicionales. Además de su alto contenido tecnológico, las actividades avanzadas poseen una serie de rasgos distintivos: alto ritmo de crecimiento de la demanda mundial de sus productos, elevado tamaño de las empresas, mayor grado de integración en el mercado global, dotación de capital por empleo más alta, superior productividad, mayores salarios… Hay diferentes tipologías; la utilizada por el INE sigue las recomendaciones de EUROSTAT y, como tiene interés conocer las ramas que estamos considerando, la Tabla 1 las recoge en su totalidad, código de la CNAE incluido. Tanto la Agricultura como la Construcción quedan al margen de este grupo de sectores. España padece una grave carencia de actividades avanzadas. Baste un dato: en 2021, tasa de cobertura[1] de las manufacturas AT se limitó a un 56,3%, cuando en el conjunto formado por las intermedias y tradicionales se elevó a un 95,1%.

El gráfico 1 muestra el desigual panorama regional español. Solo cinco comunidades rebasan la media española: Madrid, Navarra, Aragón, Cataluña y País Vasco. Las restantes se sitúan a considerable distancia de del resultado nacional. Por tanto, la contribución de los sectores con alto contenido tecnológico al PIB regional da lugar a un amplio rango, de tal modo que el máximo de Madrid está cerca de sextuplicar al mínimo de Baleares. La Región de Murcia ocupa el puesto 12º, con un resultado mediocre. La relación entre tales datos y los niveles regionales del PIB per cápita es, en general, patente, lo que evidencia el positivo impacto de este tipo de actividades sobre los territorios en las que su peso es elevado en el contexto nacional.

En el gráfico 2 se deja constancia del peso de la economía murciana en el VAB generado por las manufacturas y servicios de alta tecnología en España entre 2015 y 2021. Recordemos que nuestra contribución al PIB español se situó en torno al 2,9% a lo largo del sexenio considerado y, por tanto, los datos vuelven a reflejar que el entramado productivo regional posee un relevante déficit de actividades avanzadas. Déficit más acuciante en los servicios que en las manufacturas. Cierto es que, al menos, la tendencia es creciente; no lo es menos que la cuota sigue siendo muy exigua, no alcanzando ni la mitad de nuestra contribución al PIB nacional.

Conviene tener en cuenta que, en la Región de Murcia, la contribución de las ramas con alto contenido tecnológico (3,7%) era, en 2021, significativamente inferior a la del sector agrario (4,8%). Los datos nacionales respectivos se situaban en 7,7% y 2,7%. Así pues, cabe plantearse si la composición de nuestro tejido productivo se ajusta o no a lo que cabe esperar de una economía desarrollada a comienzos del tercer decenio del siglo XXI. Cuestión que, por su importancia, será abordada con más datos en la próxima entrega.

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