Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Difusión

La Opinión del Experto por Ángel Alba: «la actitud no es discutible»

miércoles, 26 marzo 2025

Compártelo:

Noticias relacionadas
Foto expert 2

Seguramente mi frase favorita es de la película Batman, el Caballero Oscuro:

+ ¿Para qué nos caemos sr. Wayne?

– Para aprender a levantarnos, Alfred.

Podemos fallar, perder, equivocarnos. Pero la actitud de seguir, no es discutible.

Porque pasa en el deporte, en la vida y también en nuestro trabajo como profesionales de la innovación. Nos caemos continuamente.

Con proyectos que fracasan, ideas que nos parecen geniales y el mercado nos las tumba en una semana.

Con trolls internos que te ponen palos en las ruedas, directores que matan proyectos porque no quieren arriesgar, o que no se atreven a matarlos cuando es necesario y dan patada a seguir. Porque no tienen el valor de tomar decisiones. Te toca humillarte mendigando presupuestos para hacer experimentos sencillos o que compañeros de otros departamentos te ayuden, casi como favores personales.

Sí, en innovación nos caemos todos los días.

Porque la innovación es un deporte de (alto) riesgo.

Entonces, si todo es tan jodido, ¿por qué seguimos picando piedra un día y otro?

Pues simplemente, porque nos gusta nuestro trabajo. Mira:

Me decía una persona hace tiempo, que los (escasos) buenos momentos en su día a día como innovadora, compensaban todas esas caídas. Porque cuando sale un proyecto bueno, de verdad, el subidón de dopamina es flipante.

El orgullo de decir “yo estuve empujando esto”. O porque, simplemente, trabajar con un equipo de frikis para intentar resolver un problema técnico o de mercado te hace levantarte cada mañana.

Estamos acostumbrados a la innovación incremental, proyectos H1, rozando la mejora continua, donde trabajamos en modelos de negocio conocidos, con tecnologías conocidas.

Riesgo bajo. Protocolos y procedimientos a cumplir. Modelos subvencionados tecnológicos que conocemos perfectamente. Y donde nos sentimos muy cómodos. Sin embargo, la innovación de verdad, la que tiene impacto y merece la pena, nos implica explorar territorios desconocidos. Tecnologías nuevas o mercados nuevos. No sabemos qué va a pasar. Y ante la incertidumbre máxima necesitamos herramientas diferentes y una mentalidad distinta.

En un artículo de la profesora de ESADE Lotta Hassi, explicaba el tipo de mentalidad que tienen las personas innovadoras. La conclusión es muy interesante: El fracaso y los resultados imprevisibles son inherentes a la innovación experimental, de alto riesgo e incertidumbre. Por tanto, las personas innovadoras tienen una mentalidad diferente.

De las 12 características que se enumeran en el estudio, me quedo con dos.

#1 Resiliencia mental: Las personas que responden positivamente ante la adversidad y no se dejan derrotar por las dificultades son más proclives a adoptar comportamientos innovadores.

#2 La humildad intelectual: Las personas más innovadoras muestran una mentalidad humilde al recibir nueva información y están dispuestas a aprender, reconociendo los límites de su propio conocimiento.

Al final, todo se reduce a tener una actitud innovadora.

¿Qué es la actitud innovadora?

Según la RAE la actitud es: la predisposición aprendida a responder de forma consistente de una manera favorable o desfavorable con respecto al objeto determinado.

Si nos llevamos esta definición al campo de la innovación, estaríamos hablando de la RESPUESTA CONSISTENTE de manera FAVORABLE hacia las actividades de innovación.

Tú y yo tenemos (creo) una actitud innovadora, porque tenemos una respuesta favorable consistente hacia las actividades de innovación. Por eso somos capaces de levantarnos todos los días. Aunque un día nos cueste más que otro. Somos humanos y los palos continuos nos duelen. De ahí que haya veces en que, seguro, has pensado en tirar la toalla. En mandar a tu jefe, al jefe de tu jefe y a los trolls corporativos a tomar por saco. Presentar la carta de dimisión y tomarte un año sabático.

Te levantas con la nariz sangrando como el Capitán América frente a Thanos, te pones en guardia y vuelves a lanzarte al barro, sabiendo que vas a recibir otra tanda de golpes.

¿Es masoquismo? No. Te lo debes a ti mism@.

Sólo piensas en seguir haciendo cosas para seguir empujando la innovación. Porque crees que merece la pena.

Eso es actitud innovadora. Lo he visto muchas veces en personas como tú. Busco conscientemente trabajar en proyectos con ese tipo de personas. Y cada vez lo valoro más.

Ahora hazte estas preguntas: ¿Tu comité de dirección tiene una actitud innovadora? ¿Está demostrando con sus comportamientos una respuesta consistente favorable hacia la innovación?

No se trata de tener un laboratorio de colores, con paredes de pintura vileda para pintar con rotulador u organizar hackatones con start-ups. Eso no es riesgo, es postureo.

La actitud innovadora se demuestra cuando tienen que tomar decisiones dolorosas (invertir de verdad en riesgo o matar proyectos). ¿Son capaces de hacerlo? Ya sabes, la teoría del Dr. House: Las personas mienten, los comportamientos no.

Por supuesto, todas las personas pueden cambiar.

De hecho, la actitud es una “predisposición aprendida”.

Lo que tengo absolutamente claro es que es un ingrediente indispensable para poder innovar en cualquier organización.  

Cualquier empresa puede innovar. Sólo es cuestión de actitud y metodología. 

Pero la actitud la tienes que poner tú y tu CEO. Como dice el maestro Xavier Marcet, para innovar hay que venir motivado de casa.

Porque la actitud no es discutible.

Ángel Alba, 
fundador y CEO de Innolandia.es

Noticias relacionadas