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Difusión

Evolución de las regiones españolas en el contexto europeo de la innovación (2016-2023)

Thursday, 29 February 2024

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Con esta entrega, cerramos los cuatro análisis destinados al Panel de Innovación Regional (RIS) elaborado por la Comisión Europea, que incluye a 240 regiones. En este caso examinaremos la evolución de las 17 autonomías españolas –particularmente de la Región de Murcia– a lo largo del periodo (2016-2023). En la tabla, además de las comunidades españolas, figuran las cinco regiones más avanzadas y las cinco más atrasadas, con el fin de situar los sistemas de innovación en el escenario europeo. Respecto a las primeras, destaca que tres permanecen en el grupo de líderes en los dos años, que se corresponden con las áreas territoriales de las capitales de Alemania, Dinamarca y Suecia. Las dos suizas pierden esa privilegiada posición a favor de una alemana –Alta Baviera (Múnich)– y otra nórdica: Finlandia Meridional (Helsinki). Nótese que, en las cinco, su RIS baja de nivel relativo (UE-27=100) en el periodo considerado.

En la distribución hay menos cambios en las cinco posiciones últimas. Cuatro regiones rumanas (y una búlgara) se sitúan en los puestos más atrasados en los dos años, junto con dos regiones búlgaras en la plaza 236. En fin, los sistemas regionales de innovación dan lugar a disparidades interregionales muy acentuadas. Basta decir que, en 2023, el nivel del RIS de la región de Copenhague multiplicó por más de ocho al del área suroriental de Rumanía, con el agravante de que las cinco más atrasadas también sufren un deterioro de su índice relativo entre los dos años del intervalo. El término utilizado por la Comisión Europea para este tipo de regiones es el de “emergentes”, lo que no deja de ser un eufemismo si se considera el nivel y la evolución de sus indicadores de innovación.

Las regiones españolas se encuentran en una amplia franja de la ordenación que, en 2023, se extendió desde el puesto 72º del País Vasco al 209º de Canarias. Conviene añadir que, en ese año, solo cuatro se sitúan en la mitad superior de la tabla y, el resto lo hacen en la mitad inferior (trece). Ciñéndonos a su evolución, únicamente las cinco primeras mejoran su posición: de forma firme País Vasco, C. de Madrid, Cataluña, Navarra y, con inferior vigor, C. Valenciana. Las restantes descienden puestos en mayor o menor medida. Las mayores caídas se registran en Castilla-La Mancha (25 plazas), Andalucía (16), Región de Murcia (12) y Extremadura (11). Asturias, Baleares y La Rioja experimentan una bajada de 8 posiciones. En definitiva, dentro del escenario europeo, se produce una divergencia entre las posiciones relativas de las regiones españolas, mejorando su situación las mejor ubicadas y empeorándola las más atrasadas.

En el caso de la Región de Murcia, debe quedar claro que el resultado de 2023 no es esporádico, sino la consecuencia de un declive gradual. En el trienio 2016-17-18, la situación permaneció estable, con una tenue mejora, que propició la mejor plaza (148) en 2018 a lo largo de los dos cuatrienios. En el siguiente (2019-20-21), se registra un empeoramiento que acarreó una caída hasta el puesto 155 en 2021. En el bienio final, persiste esa perniciosa tendencia: 162 en 2022; 163 en 2023. En definitiva, una trayectoria que solo cabe calificar como insatisfactoria. El leve progreso del RIS de nuestra comunidad entre 2016 (76,2) y 2023 (76,7) refleja un tímido avance respecto a la media europea, pero el retroceso descrito es la prueba palpable de que el aumento ha sido superior en otras regiones europeas, entre las que se encuentran Castilla y León, Cantabria y Asturias, que han sobrepasado el nivel de la Región de Murcia entre esos dos años. ¿Acogemos esa negativa senda de nuestro sistema regional de innovación con indiferencia? ¿O con la actitud de que es fruto de fuerzas inexorables ante las que no cabe oponer más que resignación?

Hay una premisa que concita un acuerdo general: la estructura productiva de la Región de Murcia debe ir orientándose gradualmente, pero sin titubeos, hacia actividades intensivas en conocimiento. Para conseguirlo es necesario articular una estrecha y eficiente colaboración entre las AAPP, los centros de investigación y los agentes empresariales, con el objetivo de estimular la inversión en capital tecnológico y capital humano, que es el único camino para incorporar los avances científicos y técnicos –el conocimiento– a los procesos productivos, organizativos y comerciales. Y esa es, sin duda, la clave de bóveda que debe guiar la arquitectura de las políticas regionales que tengan como fin el incremento del crecimiento potencial de la economía murciana.

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