Uno de los mayores retos para el avance hacia una sociedad digital consiste en la digitalización de todo tipo de procesos productivos. El Observatorio de la digitalización del sector agroalimentario español plantea cuatro grandes ventajas en este terreno: a) Optimización del uso de los recursos; b) Reducción de un amplio abanico de costes; c) Fortalecimiento de la trazabilidad y de la seguridad alimentarias; y d) Mejora de las condiciones laborales por efecto de la automatización y, por tanto, de una mayor cualificación de la fuerza de trabajo.
Los institutos de estadística están empezando a suministrar información sobre la digitalización agraria y, en esta ocasión, vamos a describir sintéticamente el estado de la cuestión en España y en la UE. En el Cuadro 1 se ofrecen las once mayores participaciones nacionales de UE-20 en los cinco capítulos de la digitalización agraria propuestos por Eurostat. Según el valor total de los inputs digitales agrarios utilizados, Francia (30,2%) se ubica en una plaza aventajada, seguida a considerable distancia por Alemania (21,5%), mientras que España (13,0%) ocupa el tercer lugar por delante de Países Bajos (10,7%) y Polonia (8,3%). Dado que los restantes estados de UE-20 tienen cuotas muy bajas, la contribución conjunta de los cinco estados citados ronda el 85% del grupo. Por capítulos:
- Agricultura de precisión. Uso de sensores, drones, satélites… para obtener datos sobre superficie, clima y cultivos. La cuota de España cae al cuarto lugar (10,2%) al ser desplazada por Polonia (11,6%).
- Robótica. Aplicación de dispositivos que realizan tareas automatizadas en riego, tratamientos sanitarios, fertilización… Es el input digital en el que la contribución española alcanza un máximo (19,7%).
- Maquinaria de manejo del ganado. Sistemas automáticos de alimentación, collares inteligentes, cercados virtuales… Es el único capítulo en el que Alemania se sitúa por encima de Francia. España (14,3%) conserva la tercera plaza.
- Acceso a internet. Información sobre mercados; cursos de formación y capacitación agraria; empleo del internet de las cosas (IoT) para el monitoreo de los cultivos y del ganado… El peso español (9,3%) no alcanza los dos dígitos, lo que conlleva que Polonia (13,0%) desborde nuestra aportación de forma clara.
- Sistemas informativos de gestión. Recopilación de datos sobre el proceso de producción, cuya utilización facilita la gestión de múltiples facetas de la actividad agraria. De nuevo, con un peso del 11,2%, retrocedemos a la cuarta plaza, esta vez por el ascenso de Países Bajos.
Para finalizar con esta breve reseña, el Gráfico 1 da cuenta del peso desigual de España en los inputs digitales de cinco orientaciones básicas del sector agrario de la UE. Contribuciones que, lógicamente, guardan una estrecha relación con los rasgos distintivos de la estructura productiva del agro español frente a la de UE-20:
- Cultivos extensivos (Cereales, plantas industriales, leguminosas…). Aporta la cuota (7,7%) más baja de las cinco orientaciones.
- Horticultura. El nivel alcanzado (16,3%) más que dobla al anterior, lo que es consecuencia tanto de nuestra especialización hortícola como de la decidida apuesta digital de las explotaciones de mayor dimensión.
- Cultivos permanentes (Frutales, olivar, viñedo…). Nuestra aportación asciende al 20,0%, pudiendo afirmarse lo mismo que en la orientación precedente.
- Herbívoros (Vacuno, ovino…). Manifiestamente por debajo de la media al disminuir nuestra participación al 9,1%.
- Granívoros (Porcino, avícola…). Con un peso máximo, cercano a la cuarta parte de UE-20, debido en gran medida a la expansión y modernización del sector porcino español en los últimos lustros.
Iniciaremos 2026 con análisis pormenorizado de la digitalización en el sector agrario murciano.
¡Feliz e innovador año nuevo!



