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Difusión

La opinión del experto por Francisco José Molina Castillo: aprendizaje continuo, el mejor camino para estimular la innovación y transformación empresarial

Thursday, 29 December 2022

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La mayoría de los artículos sobre la historia reciente de la tecnología suelen citar a Steve Jobs y sus excentricidades. Este afán por hacer algo distinto a la competencia, permitió a Apple convertirse en líder en el sector de la tecnología siendo hoy en día la empresa de mayor capitalización bursátil. Sin embargo, se suele olvidar que este gurú no lo consiguió solo, pues contó con grandes profesionales de diferentes áreas de esta organización como dirección de operaciones, comercialización o diseño de productos. Uno de estos empleados, Jonathan Ive, autor del diseño de alguno de los productos más emblemáticos de la marca de la manzana mordida, contaba en una reciente entrevista las claves detrás de algunas invenciones.

Según Jony, “el éxito es el enemigo de la curiosidad, es necesario buscar nuevos horizontes, nuevas metas”. Detrás de sus palabras, se esconde una realidad fundamental: la necesidad de aprender y aplicar nuevos conocimientos en la empresa. Esto es lo que se ha venido en llamar, el aprendizaje continuo o “long-life learning”. Hoy en día es fundamental asimilar que el aprendizaje continuo dentro y fuera de la organización es el único camino para no caer en la trampa del éxito. La historia reciente está plagada de empresas que creyeron que sus productos eran únicos y cuya demanda perduraría en el tiempo. Sin embargo, la realidad nos muestra que la demanda es volátil, el consumidor cada vez más exigente y la competencia en este mundo globalizado supone una seria amenaza permanentemente.

Durante mi etapa profesional he tenido la suerte de trabajar con empresas de diferentes países y que operaban en diversos mercados. Hace unos años participé en el proyecto H2020 financiado por la Comisión Europea que me permitió comprobar de primera mano la importancia que para las empresas tiene ese aprendizaje continuo o “long-life learning”. Concretamente, un conjunto de entidades y universidades que formábamos parte de la iniciativa nos comprometíamos a estimular la innovación de las PYMEs. Fue todo un desafío transmitir nuestros conocimientos a estas PYMEs, que tradicionalmente cuentan con escasos recursos, la necesidad de transformar su modelo de negocio para hacerlo más innovador y competitivo.

Para lograrlo, nos enfrentamos con dos importantes barreras. En primer lugar, muchas empresas desconocían la esencia de la innovación del modelo de negocio. Aunque contaban con personal muy preparado y con una formación de alto nivel, les resultaba complicado comprender cómo podían cambiar la forma tradicional en que la empresa generaba y comunicaba valor a sus clientes. Para ello les explicamos las diferencias entre lo que verdaderamente era una innovación en el modelo de negocio y lo que era un cambio incremental en la empresa. El segundo problema era explicar a estas PYMEs cómo podían transformar su modelo de negocio. Para ello, creamos toda una serie de herramientas que permitían a las empresas aprender a transformar su modelo de negocio en función de su situación, tipo de clientes, etc. El resultado final fue muy satisfactorio pues aprendieron que era posible transformar su modelo de negocio. Fue fascinante comprobar como esa idea o propuesta era transformada, a partir de diferentes procesos y tecnologías, hasta conseguir llegar al mercado con una propuesta más innovadora. De hecho, las encuestas realizadas a posteriori destacaban que las empresas participantes en el proyecto habían aprendido conceptos, herramientas o procesos que desconocían y que les habían ayudado a ver una realidad alternativa a la hora de crear valor.

Las compañías de la Región de Murcia cuentan con excelentes profesionales formados en sus respectivas áreas de conocimiento y con amplia experiencia en su sector. De hecho, muchas de las empresas patronas de EMURI desarrollan productos altamente innovadores y reconocidos a nivel nacional e internacional. Pero está fuera de toda duda que la rivalidad competitiva es muy alta y el avance tecnológico obliga a pensar en nuevas formas para transformar la empresa con el fin de hacerla más competitiva. La reciente crisis de materias primas ha puesto de manifiesto que solo aquellas organizaciones capaces de buscar soluciones creativas han podido afrontar las adversidades y mantenerse en el mercado. Quizás, el próximo reto sea el impacto que la inteligencia artificial puede tener en algunos modelos de negocio. Es por ello, que el aprendizaje de nuevas técnicas para estimular la creatividad dentro de la organización es fundamental con el fin de crear productos singulares que tengan este poder de atracción. Realizar siempre la misma actividad de manera repetitiva difícilmente nos ayudará a diferenciarnos o conseguir productos distintos a los que ya fabricamos.

Creo que la colaboración entre la universidad y la empresa es fundamental para estimular este proceso de aprendizaje continuo en ambos sentidos, ya que los académicos podemos aprender mucho de los empresarios y los empresarios pueden hacer lo mismo con el avance del conocimiento que se desarrolla desde las universidades. Por este motivo, hemos puesto nuestro empeño en descubrir a estas empresas nuevos conocimientos que pudieran serles útiles para no caer en esta “trampa del éxito” y ayudarles a perseguir nuevos horizontes y metas.

Francisco José Molina Castillo

Catedrático en el  Departamento de Organización de Empresas y Finanzas de la Universidad de Murcia

Miembro del equipo de trabajo del EMURI

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