Existe una gran dificultad en la transferencia del conocimiento generado en las universidades (esa Investigación y Desarrollo – I+D) hacia las empresas, para que ellas desarrollen esa innovación “i”, pequeña pero tan importante como la I+D.

Para conectar ese conocimiento existen diferentes fórmulas; entre ellas están: los convenios, contratos y proyectos de investigación, cátedras universitarias, donde se resuelven retos del sector productivo con la transferencia de conocimiento de parte de la universidad, a través del equipo de investigación, trabajos fin de máster o de grado sobre investigaciones o desarrollos empresariales; entre otras. Cada una de estas vías tiene sus pros y contras. Para mejorar la colaboración universidad-empresas se ha desarrollado recientemente los doctorados industriales.

Estos doctorados permiten, por una parte, al doctorando realizar su tesis en un entorno real y para resolver un problema o reto empresarial, y por otra, a la empresa desarrollar un proyecto de investigación y a la Universidad, transferir el conocimiento a la sociedad. Dichos proyectos no tienen que ser necesariamente tecnológicos para suponer una innovación en su sentido amplio.

Los doctorados industriales pueden surgir desde diferentes vías: puede ser la propia empresa la que acude a la universidad con un proyecto de I+D+i y solicita un candidato para que desarrolle dicho proyecto, en cuyo caso corresponde a la universidad seleccionar al candidato más idóneo para dicha tarea. También puede ser que la propia empresa tenga en su haber al candidato para la realización del proyecto y busque en la universidad al investigador más adecuado para dirigir el plan de investigación. Además, tanto la empresa como el doctorando pueden obtener financiación a través de diferentes convocatorias de las propias universidades, del Ministerio, de alguna agencia regional o incluso de proyectos europeos. Esta es una oportunidad, a su vez, de conseguir financiación para el desarrollo de un proyecto de investigación aplicado a las líneas estratégicas de la empresa, con la ventaja que ya hemos mencionado, contar con una persona, el doctorando, con dedicación plena al proyecto, del que es de esperar una alta capacidad de transferencia de conocimiento.

La principal ventaja de este tipo de doctorado es la sinergia entre la universidad y la empresa. Esta relación puede ayudar a fomentar la innovación en la empresa y a establecer una comunicación estable y a largo plazo de colaboración entre ambas partes.

Como ya hemos comentado anteriormente, para que el doctorado industrial contribuya al desarrollo de la innovación empresarial no consideramos que el proyecto de investigación tenga que ser necesariamente tecnológico, dado que la innovación se da en el desarrollo de nuevos productos o servicios (tecnológicos o no), mejora de procesos (tecnológicos o no), innovación organizacional o innovación en marketing.

En mi experiencia he tenido la oportunidad de dirigir dos tesis doctorales con mención de doctorado industrial. Una de ellas con la empresa AMC Innova en la que realizamos varios estudios dentro de un proyecto estratégico para la empresa aplicando técnicas de neuromarketing, mediante el cual comprobamos el rol de las emociones a la hora de adquirir productos de diferentes categorías. La otra con la empresa HOPU, actualmente integrada en Libelium en la que desarrollamos tres aplicaciones experimentales para testar un nuevo producto con consumidores reales, un Smart Poi, que se habilitó en diferentes lugares para contribuir al desarrollo turístico de un municipio de la Vega Media del Segura. Además, esta empresa ha seguido desarrollando y comercializando Smart Spot para Smart cities y Smart destinanations, que permiten monitorizar la ciudad mediante sensores que miden la calidad del aire, ruido, temperatura, humedad, partículas, etc.

Hay que resaltar que el doctorando ha sido contratado para desarrollar un proyecto de doctorado industrial. De ahí la importancia de realizar un riguroso seguimiento por parte del tutor de la empresa y del tutor de la universidad para el mutuo beneficio de la empresa y la correcta formación del estudiante de doctorado.

Sin duda, el doctorado industrial es una forma ideal de canalizar la fuente de conocimiento que son las universidades con la innovación que quiere generar la empresa, y aprovechar para estrechar esa relación en el largo plazo con un coste relativamente bajo. Ojalá haya más empresas innovadoras y también investigadores con inquietudes por los problemas reales de las empresas, para potenciar esta vía de colaboración que favorezca la competitividad del tejido empresarial de la Región de Murcia.

Dra. Conchi Parra Meroño

Profesora e investigadora del área de Marketing en la UCAM

Coordinadora de investigación y transferencia de la Facultad de Economía y Empresa

Miembro del equipo de trabajo de EMURI

Una prueba del intenso avance de la sociedad de la información en los últimos lustros la aporta el hecho de que la proporción de las empresas con 10 o más empleados que utilizaron ordenadores, en el primer trimestre de 2022, se cifró en un 99,2% en España y en un 99,8% en la Región de Murcia. Además, esos altísimos registros se vuelven a dar si nos referimos a las que están conectadas a internet. Pero lo anterior no es suficiente, puesto que lo verdaderamente importante son los usos que se hacen de las TIC, que pueden contribuir, en mayor o menor medida, a una sensible mejora de la asignación del trabajo disponible y, por tanto, a elevar su productividad, lo que propicia efectos positivos sobre la competitividad y la rentabilidad de las empresas.

El gráfico 1 ubica las comunidades autónomas en función de las empresas que disponen de página web y de la fracción de empleados que utilizan internet con fines empresariales. Las regiones están ordenadas en una escala decreciente de acuerdo con la media de los dos indicadores recogidos, figurando en el extremo de la derecha las dos cifras correspondientes al conjunto de España. Lo primero que debe destacarse es que la Región de Murcia ocupa la última posición y, además, lo hace en las dos proporciones indicadas. La fracción de empresas con web se eleva a un 68,9%, casi diez puntos por debajo de la media nacional (78,5%). Ese diferencial se dobla en lo que atañe a la cuota de empleados que utiliza internet con fines empresariales: 46,0% frente a una cifra española del 66,1%. Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra y Aragón ocupan las primeras posiciones y, en la parte inferior de la distribución, nuestra comunidad es acompañada por Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía. Nótese que la dispersión es mucho mayor en el segundo indicador y que el mínimo de la Región de Murcia está a una significativa distancia del nivel de Extremadura, que se ubica en la penúltima plaza.

El gráfico 2 muestra, por un lado, la porción de empresas que recurren a internet para reuniones con todo tipo de agentes, internos o externos, y, por otro, la de las que han implantado el teletrabajo. Los niveles de estos dos indicadores son sensiblemente inferiores a los de los proporcionados en el gráfico 1, situándose la Región de Murcia en la penúltima posición. La fracción de empresas de la comunidad que recurren a reuniones no presenciales se limita a un 39,5% frente a una media española del 53,4% y, en el teletrabajo, las cifras respectivas son 24,1% y 40,8%. La distancia es, pues, considerable. No hay grandes cambios en la clasificación, siendo uno de los más significativos que Cataluña releva a Madrid en la primera posición, lo que no impide que, en la parte alta de la distribución, las dos ordenaciones conduzcan a resultados muy similares. Por abajo, los cambios cobran mayor entidad, al sustituir Extremadura como farolillo rojo a la Región de Murcia, ubicándose cerca de ambas Canarias, Castilla-La Mancha y Cantabria.

Por consiguiente, nuestras empresas padecen una brecha digital de considerables dimensiones en el contexto español. Conviene, de nuevo, recordar que la operación estadística del INE excluye a la agricultura y que, por tanto, no cabe invocar el superior peso productivo y ocupacional de este sector en la estructura económica regional. Las tecnologías digitales son, en la actualidad, una de las principales palancas de la competitividad y, por ende, del potencial de crecimiento económico de cualquier territorio. Los datos suministrados expresan de forma nítida que la Región de Murcia sufre una notable desventaja comparativa en lo que respecta al aprovechamiento de las oportunidades abiertas por la digitalización de importantes áreas de la gestión empresarial.

  • El fomento de la cultura de I+D, el estudio de los riesgos asociados o la búsqueda de líneas de financiación adecuadas son algunos de los factores destacados por Ecosistema Murcia Innova 

La Cátedra interuniversitaria Ecosistema Murcia Innova (EMURI) ha impulsado una actividad formativa dirigida al tejido empresarial de la Región de Murcia en la que ha abordado las claves para desarrollar productos y servicios más competitivos.  

En concreto, los expertos de I+D han destacado durante el primer curso de Dirección y Gestión de la Innovación cuatro claves: la definición de objetivos específicos, el fomento de la cultura de innovación, el estudio de los riesgos asociados y la búsqueda de líneas de financiación adecuadas para rentabilizar el proyecto. 

Durante 13 sesiones, los asistentes, responsables de innovación de compañías de distintos sectores de la Región, han podido ampliar sus conocimientos sobre estos cuatro bloques y aprender a cómo aplicarlo para potenciar esta área en sus propias compañías.  

Las entidades que han participado son Grupo Orenes, Primafrio, Symborg, Marnys, Cajamar, Andamur, Grupo AMC Innova, El Dulze Growers, la Federación de Cooperativas Agrarias Murcia (FECOAM) y Grupo Postres Reina

Otros temas abordados en el programa han sido el intraemprendimiento, la comunicación como herramienta estratégica para la difusión de nuevos productos, la importancia de la colaboración entre empresa y universidad o nuevas técnicas de creatividad como el Design Thinking, entre otros.  

Primera Cátedra Interuniversitaria de innovación en la Región 

La Cátedra Interuniversitaria Ecosistema Murcia Innova (EMURI) es una plataforma que trabaja desde 2018 para fomentar la competitividad del tejido empresarial murciano y fortalecer la colaboración entre la universidad, la administración y la empresa. Todo ello con un objetivo concreto: lograr que la Región alcance en 2030 unos valores similares en I+D+i a los que tiene la media de la Unión Europea.  

Forman parte de este proyecto 13 empresas — Fecoam, El Dulze, AMC Innova, Grupo Fuertes, Grupo Orenes, Grupo Postres Reina, Portavoz, Symborg, Andamur, Primafrío, Cajamar, Marnys y Vócali —, las Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), Universidad de Murcia (UMU) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y la Consejería de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía. 

Expertos en innovación 

Las clases han estado impartidas por 22 ponentes, entre los que se encontraban profesores de las tres universidades de la Región, directivos y consultores expertos en esta materia.  

El cuadro docente ha estado formado por el director de la cátedra, José Luis Munuera; el profesor de ESADE, Xavier Ferrás; el coordinador de proyectos de EMURI, Juanfra Abad; el profesor de la UPCT, Domingo García Pérez de Lema; los profesionales de Innoventures Capital SL. Carlos Vicente Caballero y Javier Fernández; los socios fundadores de la consultora Prismático, Jose Javier Ruiz Cartagena y Carmen Mora, el catedrático de la UMU, Félix García; el socio-director de Onmi Tech Consulting SL, Luis Sánchez del Pozo, y su directora del departamento de Deducciones Fiscales, Irene Morales Ruiz; el CMO Biometric Vox, Miguel A. García; el responsable del área de dirección de Comunicación en Portavoz; Nacho Domínguez;  el responsable de la Oficina Acelera Pyme del Centro Tecnológico Naval y del Mar; Pedro Núñez; el director de Operaciones y Retail de Andamur, Miguel Angel Quiñonero; la R&D Project Manager UMU, Mar Moreno; el doctor en Informática por la UMU, Antonio Sharmeta, el profesor del departamento de Economía de la Empresa de la UPCT, Antonio J.Briones; el PhD Student UMU, Daniel Espinosa, la directora del Centro Tecnológico del Mueble y la Madera, Josefina Garrido, el director Research & Nutrition at Hero Group, Luis Manuel Sánchez; y el Catedrático del departamento de Organización de Empresas y Finanzas de la UMU, Francisco José Molina Castillo. 

Vídeo resumen curso:

Desde 1975, Grupo Cooperativo Cajamar ha impulsado un modelo de innovación agroalimentaria basado en el fomento de la sostenibilidad económica, social y ambiental del sector agroalimentario a partir del contacto permanente con todos los agentes de la cadena de valor. Para conseguirlo, su actividad se basa en cuatro ejes: investigación, formación, agroanálisis y difusión de dichos estudios.

Para ello, como nos explica el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar en la Región, Jesús López, disponen de dos estaciones experimentales, situadas en Almería y Valencia. “Somos un puente entre el sector agroalimentario y la innovación. Analizamos casos concretos que este sector nos demanda y ayudamos a gestionar esa investigación previa para el desarrollo de nuevos productos, materiales, gestión del agua, etc.”.

En esta línea, Jesús López índice en la importancia de la transferencia de conocimiento: “Para el ecosistema económico empresarial es fundamental que el conocimiento y la investigación que se genera en universidades y empresas lleguen a los procesos productivos que ayuden a la modernización de dichos procesos”.


VÍDEO COMPLETO:

La pregunta que todo directivo se hace conscientemente: el valor actual de su empresa. Los diversos modos de valoración de una empresa siempre lo calculan como función primaria de su cifra de negocios y de sus beneficios: una empresa vale más, y sube su acción si es cotizada, si su cifra de negocio crece —y se descuenta a futuro— sostenidamente, o si su beneficio iguala o supera las expectativas, o ambas cosas a la vez.

El cuidado de estos dos parámetros, unido a la gestión de la caja, es lo que da vida e impulsa el valor la empresa desde una perspectiva financiera que es, al final de todo, la que realmente importa. Es la manera más objetiva de descontar el conjunto de activos que conforman el talento empresarial. Solo una excepción: la de las empresas con pobres resultados actuales, pero de muy alto valor presente y futuro, basado en las expectativas fundamentadas que generan los activos invertidos en investigación e innovación. Dos ejemplos: Zeltia y Tesla (disruptivas, tecnológicas, globales). Trato de explicarlo.

Zeltia tardó más de una década en presentar y cobrar su primera factura mientras consumía ingentes cantidades de dinero en investigación y en cambios innovadores de las diferentes líneas de trabajo. El tiempo necesario para que su exitoso anticancerígeno Yondelis pasara las exigentes pruebas de aprobación tanto por parte de la FDA como de, entre otras, las autoridades sanitarias suizas. Ello no fue obstáculo para que cotizara en bolsa mucho antes y fuese objeto del deseo de los inversores y, por consiguiente, del alza sistemática de su cotización…¡sin vender un frasco ni una pastilla!. Y la historia de Tesla es la de una empresa que hoy supera en capitalización a Volkswagen y vende una cantidad ridícula de coches en comparación al gigante alemán.

¿Dónde radica el éxito de ambos? Mi opinión es que descansa en el espíritu inspirador de la innovación porque es el instrumento de la voluntad empresarial que mejor contiene y expresa los beneficios que nacen de la mejora de los procesos internos, operativos y tecnológicos, y las mejoras de la experiencia con los clientes. Y que los proyecta en el futuro con resultados de valor actualizado real como los mencionados. Y recuerdo que estoy hablando de espíritu, de voluntad, de energía, todos ellos, por ahora, intangibles: su sede es el alma y el corazón del empresario.

Pero ello no es accesible simplemente por una decisión caprichosa. El ánimo innovador nace de la voluntad inquebrantable del empresario comprometido con la eficiencia y la mejora continua, con la capacidad de transformar el talento en valor y con la asunción de riesgo que toda decisión empresarial lleva cosida a su piel. Cuando se han juntado esos ingredientes del entendimiento y de la voluntad, toca hacer el diagnóstico de las necesidades en función de la situación de todos los ámbitos de la empresa. Y ahí hay que incluir inexcusablemente las dosis equilibradas de digitalización y de tecnología, de modificación de las formas de trabajar, de la transformación de procesos y procedimientos, abiertos a incorporar el talento necesario, aunque no existiese esa posición ni esa voluntad con anterioridad: en materia de innovación, siempre estamos a tiempo.

Y no debemos olvidar que todo lo anterior lo van a aplicar y convertir en realidad los trabajadores de la empresa a los diferentes niveles, y ahí pueden surgir problemas si no convertimos la resistencia en resiliencia y somos capaces de compartir y hacernos entender en el discurso de la productividad, del valor que puede aportar el trabajo con los medios introducidos y de la satisfacción personal cuando hacemos bien las cosas. Innovación es también comunicación. La ecuación que debemos resolver es alcanzar el máximo en el proceso de convertir el talento en valor, proceso en el cual la innovación es el más importante catalizador. Por eso, lo que el mundo exige, lo que nuestra Región requiere para un impulso serio de bienestar y progreso no son muchas ayudas públicas tanto como un puñado de líderes seriamente comprometidos con la innovación y, consecuentemente, con la investigación, con el convencimiento de que también ambas son cuentas de su activo, son cuentas que impulsan determinantemente el valor de sus empresas. Algunos de esos líderes llevan tiempo presentes y vigentes en nuestra economía regional y son la prueba de mi afirmación. Pero es deseable que sean más, muchos más, porque son el factor de riqueza más relevante de nuestra economía en la medida que su aportación tiene su origen en el talento y en el espíritu innovador. Y los dos, talento y espíritu innovador, al contrario de los bienes materiales, crecen más cuanto más los usamos.

Francisco Martínez Asensio

Economista

Miembro del equipo de trabajo del EMURI

La competitividad empresarial está íntimamente asociada al progreso tecnológico que puede revestir distintas formas, destacando entre todas ellas la digitalización, es decir, la aplicación de las TIC a todos los ámbitos de la gestión para la consecución de objetivos vitales: optimización de recursos, aumento de la productividad, incrementar la satisfacción de los clientes, ganar cuota de mercado, mejorar el suministro de bienes de capital e inputs corrientes por parte de los proveedores… Por tanto, hoy en día es de general aceptación que la digitalización se ha convertido en el reto más importante que debe afrontar y resolver una empresa innovadora. La transformación digital de las empresas debe ser integral, no puntual, es decir, ha de afectar a todas las áreas de la gestión, sin que pueda quedar reducida a una de ellas. Digitalizar una empresa implica un cambio sistémico del modelo de negocio, puesto que altera sustancialmente sus relaciones con proveedores, clientes y trabajadores.

Por todo lo anterior, es ineludible examinar la estructura del gasto empresarial en TIC. En esta entrega, se hará atendiendo a sus distintos capítulos y en función de tres sectores económicos. Los capítulos de gasto son cuatro: a) Los activos físicos (hardware); b) Las aplicaciones intangibles que maximizan el rendimiento de los activos anteriores (software); c) Servicios TIC, es decir, los pagos a proveedores por telecomunicaciones, asistencia técnica, mantenimiento…; d) Seguridad TIC, que integra el coste de las medidas adoptadas para la protección de los datos utilizados por la empresa.

Por sectores económicos, hay información sobre la Industria, la Construcción y los Servicios. Desde una perspectiva regional, cabe echar en falta datos sobre las actividades primarias (agricultura, ganadería, silvicultura y pesca). En particular, es presumible que el gasto en TIC de las empresas agrarias murcianas con 10 o más empleados alcance una cuantía destacada en el contexto español, puesto que la digitalización de los procesos productivos es habitual en diversas facetas de lo que se conoce como agricultura de precisión: geolocalización de parcelas, agua de riego, fertilizantes, fitosanitarios, trazabilidad…

El gráfico anterior proporciona el reparto del gasto en 2021 de las empresas ≥ 10 empleados, tanto en la Región de Murcia como en España. Por capítulos: a) Los pesos del software y de la seguridad TIC son muy similares en las dos economías, situándose cerca del 30% el primero y en torno al 8% la segunda; b) En la comunidad, el gasto en hardware equivale a la tercera parte del total del gasto, sensiblemente por encima de la media nacional; c) Por tanto, en los servicios TIC provistos por terceros la situación se invierte, siendo la partida de mayor relevancia en España con un 40%, mientras que en la región su participación (30%) se iguala con la del software.

Ese mismo gráfico refleja una diáfana preponderancia del sector Servicios, sobre todo en España, donde absorbe las tres cuartas partes del gasto TIC de las empresas ≥ 10 empleados, frente a algo menos de los dos tercios en la Región de Murcia. Dado que el peso de la Construcción es, en las dos economías, irrelevante, otra de las particularidades del gasto empresarial regional en TIC es la aportación de la Industria, que se emplaza en un tercio, cifra que rebasa claramente al promedio español, que resulta ser inferior a un cuarto.

La tabla adjunta cruza las dos variables anteriores: tipo de gasto y sector económico. Los resultados pueden quedar sintetizados de la siguiente forma:

  • El mayor peso de la Industria en el gasto TIC de las empresas regionales se asienta principalmente en el software, apartado en el que la contribución industrial está muy cerca de la mitad del gasto realizado por el total de las empresas regionales en este capítulo. Por el contrario, en España la aportación del sector industrial al gasto en software ni tan siquiera supone la cuarta parte del total correspondiente.
  • Las cuotas de la Construcción son testimoniales en los cuatro capítulos de gasto, tanto en la comunidad como a nivel nacional.
  • El predominio del sector Servicios es meridiano en el conjunto nacional en los cuatro capítulos. En la Región de Murcia, ese protagonismo de las actividades terciarias disminuye sensiblemente en software, lo que no es óbice para que su contribución se aproxime a la mitad del gasto total.

En suma, los dos rasgos distintivos del gasto en TIC por parte de las empresas regionales en el contexto nacional son dos: por capítulos, una cuota significativamente superior del hardware en el gasto total y, por sectores económicos, un peso considerablemente mayor de las actividades industriales.

En noviembre pusimos en marcha el Iº curso de Dirección y Gestión de la Innovación en la Región con el objetivo de ofrecer conocimientos, herramientas y recursos que fomenten el I+D+i en el tejido empresarial y mejoren su nivel de competitividad.

Hasta ahora se han desarrollado las tres primeras sesiones en las instalaciones de UCAM HiTech. En ellas hemos podido conocer cómo las compañías y los emprendedores pueden aplicar y adaptar la innovación a sus planes estratégicos para crecer, ser más eficientes y avanzar en el nuevo contexto mundial, hemos definido qué es la innovación y hemos aprendido a concretar esos proyectos en retos de I+D+i. A cargo de estas conferencias han estado Xavier Ferrás, profesor de ESADE; José Luis Munuera, nuestro director; y Juan Francisco Abad, nuestro coordinador de proyectos.

Para hacer balance de curso, le hemos pedido a algunos alumnos que nos cuenten su experiencia. En concreto, conocemos las expectativas de Michela Avataneo, responsable de producto de Andamur; Antonio Joaquín Segura García, responsable de datos en el departamento de I+D de Orenes Grupo; y Mari Cruz Arcas Miñarro, directora científica en AMC Innova Juice And Drinks.

Vídeo completo:

El curso continuará en los meses de enero y febrero en los que abordaremos la gestión de riesgos y rentabilidad de la innovación, intraemprendimiento, nuevas empresas, design thinking, investigación en I+D+i o nuevos modelos de negocio, entre otros temas.

Aquí puedes acceder al dossier del curso.

Las TIC son el conjunto de herramientas cuyo fin es la recogida, el almacenamiento, el procesamiento y la transmisión de la información. Incluyen tanto material tangible (hardware) –equipos, terminales, redes…– como las aplicaciones funcionales (software) que propician el uso eficiente de los bienes físicos anteriores. En los últimos lustros, el impacto de las TIC ha sido tan rápido como intenso y, hoy en día, se ha generalizado su uso por parte de los hogares, las empresas y las administraciones públicas, dando lugar a lo que se llama la sociedad de la información. Una empresa que no se comporte de forma proactiva y tome las decisiones pertinentes en este contexto se enfrenta a embarazosas dificultades en diferentes ámbitos, lo que puede provocar nocivos efectos, entre los que sobresale la pérdida de competitividad.

El INE, en el marco de la coordinación del EUROSTAT, viene publicando en los últimos años, la Encuesta sobre el uso de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones y del Comercio Electrónico en las Empresas (ETICCE). Resulta necesario aclarar que esta operación estadística no cubre a todas las empresas, sino a las que encuadran su actividad principal en la inmensa mayoría de las actividades industriales, el total del sector de la construcción y una importante fracción de los servicios privados. Así pues, queda excluido el conjunto del sector primario (Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca).

El gasto empresarial en TIC para el conjunto de España, por parte de las empresas con ≥ 10 empleados, se elevó a 14.398 millones de € en 2021. En primer lugar, resulta de interés examinar el reparto territorial de la inversión nacional en dichas tecnologías. Así, el gráfico 1 proporciona su distribución entre las CCAA, resultando patente la hegemonía de Madrid, cuyo peso en el total nacional se acerca al 60% del gasto realizado, lo que se debe a múltiples razones, entre las que cabe subrayar el efecto sede, es decir, el hecho de ser el domicilio social de una notable proporción de las grandes empresas españolas. Cataluña, a gran distancia, ocupa la segunda posición, seguida por País Vasco, Comunidad Valenciana y Andalucía. Con pesos muy desiguales, estas cinco regiones absorben conjuntamente el 90% del gasto nacional, dejando una exigua porción para las restantes, cuya contribución es en algunos casos imperceptible en ese gráfico 1. La Región de Murcia –con un gasto de 97,3 millones de €– tan solo aportó el 0,68% de los recursos destinados por las empresas españolas a inversión en TIC, ubicándose en la plaza 13ª, por delante de cuatro comunidades: Castilla-La Mancha, Cantabria, Extremadura y La Rioja.

Sin embargo, la intensidad del esfuerzo debe ser cuantificada en función de la dimensión económica de las diferentes regiones, es decir, en términos de PIB, tal como se recoge en el gráfico 2. El resultado alcanzado por este indicador es, salvo en Madrid, reducido, pero es útil para una comparación interregional. Ese esfuerzo es uno de los más significativos factores de la estrategia competitiva de nuestras empresas. Pues bien, el gasto empresarial en TIC equivalió al 1,19% del PIB español en 2021. Madrid vuelve a encabezar la clasificación de forma destacada, con un esfuerzo (3,51%) que triplica la media española. El diferencial favorable a Madrid respecto al resto de autonomías es tan grande que solo el País Vasco rebasa, por muy escaso margen, el promedio nacional. Las tres comunidades siguientes son Cataluña, Navarra y Comunidad Valenciana. En la parte inferior de la distribución se encuentran Andalucía, La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha y, por último, Extremadura, que marca el mínimo con un 0,17%.

El gasto de las empresas de la Región de Murcia supuso el 0,30% de su PIB en 2021, lo que nos sitúa en el puesto 11º, entre Canarias y Cantabria. Expuesto el marco general, en próximas entregas profundizaremos en los principales factores relacionados con la inversión de las empresas regionales en TIC, como uso de ordenadores, internet, personal especializado, medios sociales, análisis big data, inteligencia artificial y seguridad. Todas ellas actuaciones relacionadas con la innovación y la digitalización, muy necesarias para que las empresas regionales se adapten al nuevo escenario competitivo global de la sociedad de la información.

La mayoría de los artículos sobre la historia reciente de la tecnología suelen citar a Steve Jobs y sus excentricidades. Este afán por hacer algo distinto a la competencia, permitió a Apple convertirse en líder en el sector de la tecnología siendo hoy en día la empresa de mayor capitalización bursátil. Sin embargo, se suele olvidar que este gurú no lo consiguió solo, pues contó con grandes profesionales de diferentes áreas de esta organización como dirección de operaciones, comercialización o diseño de productos. Uno de estos empleados, Jonathan Ive, autor del diseño de alguno de los productos más emblemáticos de la marca de la manzana mordida, contaba en una reciente entrevista las claves detrás de algunas invenciones.

Según Jony, “el éxito es el enemigo de la curiosidad, es necesario buscar nuevos horizontes, nuevas metas”. Detrás de sus palabras, se esconde una realidad fundamental: la necesidad de aprender y aplicar nuevos conocimientos en la empresa. Esto es lo que se ha venido en llamar, el aprendizaje continuo o “long-life learning”. Hoy en día es fundamental asimilar que el aprendizaje continuo dentro y fuera de la organización es el único camino para no caer en la trampa del éxito. La historia reciente está plagada de empresas que creyeron que sus productos eran únicos y cuya demanda perduraría en el tiempo. Sin embargo, la realidad nos muestra que la demanda es volátil, el consumidor cada vez más exigente y la competencia en este mundo globalizado supone una seria amenaza permanentemente.

Durante mi etapa profesional he tenido la suerte de trabajar con empresas de diferentes países y que operaban en diversos mercados. Hace unos años participé en el proyecto H2020 financiado por la Comisión Europea que me permitió comprobar de primera mano la importancia que para las empresas tiene ese aprendizaje continuo o “long-life learning”. Concretamente, un conjunto de entidades y universidades que formábamos parte de la iniciativa nos comprometíamos a estimular la innovación de las PYMEs. Fue todo un desafío transmitir nuestros conocimientos a estas PYMEs, que tradicionalmente cuentan con escasos recursos, la necesidad de transformar su modelo de negocio para hacerlo más innovador y competitivo.

Para lograrlo, nos enfrentamos con dos importantes barreras. En primer lugar, muchas empresas desconocían la esencia de la innovación del modelo de negocio. Aunque contaban con personal muy preparado y con una formación de alto nivel, les resultaba complicado comprender cómo podían cambiar la forma tradicional en que la empresa generaba y comunicaba valor a sus clientes. Para ello les explicamos las diferencias entre lo que verdaderamente era una innovación en el modelo de negocio y lo que era un cambio incremental en la empresa. El segundo problema era explicar a estas PYMEs cómo podían transformar su modelo de negocio. Para ello, creamos toda una serie de herramientas que permitían a las empresas aprender a transformar su modelo de negocio en función de su situación, tipo de clientes, etc. El resultado final fue muy satisfactorio pues aprendieron que era posible transformar su modelo de negocio. Fue fascinante comprobar como esa idea o propuesta era transformada, a partir de diferentes procesos y tecnologías, hasta conseguir llegar al mercado con una propuesta más innovadora. De hecho, las encuestas realizadas a posteriori destacaban que las empresas participantes en el proyecto habían aprendido conceptos, herramientas o procesos que desconocían y que les habían ayudado a ver una realidad alternativa a la hora de crear valor.

Las compañías de la Región de Murcia cuentan con excelentes profesionales formados en sus respectivas áreas de conocimiento y con amplia experiencia en su sector. De hecho, muchas de las empresas patronas de EMURI desarrollan productos altamente innovadores y reconocidos a nivel nacional e internacional. Pero está fuera de toda duda que la rivalidad competitiva es muy alta y el avance tecnológico obliga a pensar en nuevas formas para transformar la empresa con el fin de hacerla más competitiva. La reciente crisis de materias primas ha puesto de manifiesto que solo aquellas organizaciones capaces de buscar soluciones creativas han podido afrontar las adversidades y mantenerse en el mercado. Quizás, el próximo reto sea el impacto que la inteligencia artificial puede tener en algunos modelos de negocio. Es por ello, que el aprendizaje de nuevas técnicas para estimular la creatividad dentro de la organización es fundamental con el fin de crear productos singulares que tengan este poder de atracción. Realizar siempre la misma actividad de manera repetitiva difícilmente nos ayudará a diferenciarnos o conseguir productos distintos a los que ya fabricamos.

Creo que la colaboración entre la universidad y la empresa es fundamental para estimular este proceso de aprendizaje continuo en ambos sentidos, ya que los académicos podemos aprender mucho de los empresarios y los empresarios pueden hacer lo mismo con el avance del conocimiento que se desarrolla desde las universidades. Por este motivo, hemos puesto nuestro empeño en descubrir a estas empresas nuevos conocimientos que pudieran serles útiles para no caer en esta “trampa del éxito” y ayudarles a perseguir nuevos horizontes y metas.

Francisco José Molina Castillo

Catedrático en el  Departamento de Organización de Empresas y Finanzas de la Universidad de Murcia

Miembro del equipo de trabajo del EMURI

Nos despedimos de un 2022 repleto de hitos y desafíos en el que hemos seguido trabajando para impulsar y difundir la innovación en la Región, fomentar la competitividad del tejido empresarial murciano y fortalecer la colaboración entre la universidad, la administración y la empresa. Todo ello con un objetivo concreto: lograr que la Región alcance en 2030 unos valores similares en I+D+i a los que tiene la media de la Unión Europea. 

Aquí os dejamos un resumen de los momentos claves de estos últimos doce meses:

  • Primera Cátedra Interuniversitaria de innovación en la Región

Después de tres años de trabajo, a principios de 2022, hemos logrado constituirnos como la primera Cátedra Interuniversitaria en materia de innovación de la Región de Murcia en la que participan las tres universidades — UCAM, UMU y UPCT—, 16 empresas referentes en I+D+i y el gobierno de la CARM.

  • Un plan global para impulsar la innovación

Nuestro equipo de trabajo desarrolló un plan para fomentar la investigación y transferencia de conocimiento entre la Universidad y la Empresa. El proyecto propone la creación de espacios conjuntos para el desarrollo de productos y servicios más competitivos. Estas son algunas de las principales acciones que proponíamos:

  1. Aplicación de incentivos fiscales a las empresas que apuesten por el I+D+i.
  2. Intercambio de personal entre universidades y empresas.
  3. Fomento de titulaciones universitarias duales —TFG’s, TFM’s y doctorados en empresas—.
  4. Formación y capacitación de gestores especializados en innovación.
  • Nos convertimos en un centro de estudio y reflexión sobre la innovación

Nos hemos constituido como un gran centro de pensamiento e investigación de I+D+i a nivel regional. Hemos reflexionado y elaborado un conjunto de documentos que están colgados en la web. Concretamente hay 17 documentos a su disposición. Puedes acceder a ellos aquí.

  • Nuestro equipo sigue creciendo

Durante estos meses nuestro equipo de trabajo le ha dado la bienvenida a grandes profesionales. Entre las últimas incorporaciones se encuentran Antonio Juan Briones, profesor e investigador en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), y Conchi Parra, profesora de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).

En nuestra Cátedra participan profesores universitarios, investigadores, servidores públicos, directivos y empresarios interesados en difundir el uso de la ciencia y el conocimiento para generar una ventaja competitiva y elevar la calidad de vida.

  • Diseño y lanzamiento de la newsletter de EMURI

Hemos trabajado en la divulgación y difusión del enorme valor que supone la apuesta por una estrategia innovadora para lograr un crecimiento sostenido y rentable. Se trata de apostar por el uso de la ciencia, la investigación, la tecnología y la transferencia, para hacer más y mejores nuevos productos/nuevos servicios/nuevos negocios para el mercado. Por ello, todos los meses difundimos en la newsletter :

  1. Recogemos la opinión de un experto en esta materia.
  2. Elaboramos un análisis estratégico riguroso sobre aspectos de I+D+i.
  3. Presentamos la innovación de una de las empresas patronas.
  4. Divulgamos los casos de éxito de estas y de otros agentes que puedan ser admirados e imitados por el resto de los tomadores de decisiones regionales.

La newsletter cuenta con una base de datos de más de 1.500 suscriptores.

  • Lanzamos el 1º Curso de Dirección y Gestión de la Innovación

En noviembre pusimos en marcha el primer curso de Dirección y Gestión de la Innovación dirigido al tejido empresarial con el fin de ofrecer los conocimientos, las herramientas y los recursos para impulsar la I+D+i y mejorar el nivel de competitividad.

Aquí puedes acceder al dossier del curso.

  • Lanzamos ‘EMURI Conecta’

Hemos puesto en marcha la plataforma digital ‘EMURI Conecta’, que vincula a todos los agentes de la I+D+i con el objetivo de fomentar el conocimiento mutuo y mejorar la colaboración de la innovación regional.

El espacio ya está disponible y es público. A través de este nuevo canal, ofrecemos soluciones a los retos de las compañías e identificamos la demanda y oferta en investigación, talento y tecnologías del mercado.

Este canal también permitirá la creación de un nuevo observatorio, que recogerá y analizará datos e información actualizada sobre la situación de la innovación en la Región, buscando crear servicios y productos más competitivos.

  • Paneles con expertos para impulsar la implicación social en los procesos de innovación

A lo largo del año hemos llevado a cabo una serie de paneles de expertos con diferentes grupos de interés con el fin de identificar las barreras que impiden una mayor implicación de los ciudadanos en los procesos de innovación y determinar qué acciones pueden impulsar su participación.

Los principales medios de comunicación de la Región, entidades pertenecientes a las industrias creativas, asociaciones, ONGs, asociaciones de consumidores, profesionales e investigadores de la innovación han formado parte de estas sesiones. 

  • Nueva identidad corporativa

Renovamos nuestra identidad corporativa con el objetivo de adaptarla a las últimas tendencias y a la realidad actual del proyecto. Cambiamos nuestra imagen gráfica y nuestra denominación a Ecosistema Murcia Innova (EMURI).

  • Participamos en jornadas para impulsar la innovación

Hemos participado y organizado distintas jornadas con el objetivo de seguir divulgando y reflexionando sobre la I+D+i. Ejemplo de ello fue el acto ‘Innovar para crecer en el nuevo escenario global’, que se celebró junto al INFO y que contó con la participación de Xavier Ferràs, profesor de ESADE y uno de los más prestigiosos docentes, investigadores y divulgadores en materia de I+D+i. En su conferencia ofreció las claves sobre cómo las empresas y los emprendedores pueden aplicar y adaptar la innovación a sus planes estratégicos para crecer, ser más competitivos y avanzar en el nuevo contexto mundial.

  • Nuestro año en cifras: seguidores, suscriptores…

Todas estas acciones las hemos conseguido llevar a cabo en nuestro primer año como Cátedra, logrando consolidarnos como una plataforma de referencia en innovación en la Región.

Esta repercusión se refleja en nuestra huella digital. Actualmente contamos con 1.300 seguidores en redes sociales, las cuales se han convertido para nosotros en una herramienta esencial para la transferencia de conocimiento a la sociedad y los grupos de interés.

Asimismo, hemos fortalecido nuestra presencia en medios de comunicación —prensa, TV, radio—, apareciendo en los más relevantes de la Región como el diario La Opinión de Murcia o La Verdad.

Todo ello no lo hubiéramos podido lograr sin el apoyo de nuestros patronos, un motor fundamental para este proyecto: 16 empresas — Fecoam, Hidroconta, El Dulze, AMC Innova, Grupo Fuertes, Grupo Orenes, Grupo Postres Reina, Portavoz, Murtrafic, Symborg, Andamur, Makito, Primafrío, Cajamar, Marnys y Vócali —, las Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), Universidad de Murcia (UMU) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y la Consejería de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía.