La Encuesta sobre el uso de Tecnologías de la Información y de las comunicaciones y del Comercio Electrónico de las Empresas (ETICCE) es una operación estadística del INE que cubre una parte del amplio campo de la Sociedad de la Información. Los datos ofrecidos se refieren a las empresas, que son segmentadas en dos grandes grupos en función del número de trabajadores, siendo lógicamente mucho más rica la relativa a las que tienen 10 o más empleados respecto a las que no alcanzan ese umbral. Para el primer grupo, la información sobre las CCAA incluye diez áreas, incluida la Inteligencia Artificial, sobre la cual hay un creciente interés –no exento de preocupación– en lo que concierne a los efectos económicos y sociales de su generalizado uso por parte de empresas, hogares e instituciones públicas. Sea como fuere, el empleo de la IA por parte de las empresas ya ha empezado a transformar radicalmente su modo de operar, contribuyendo además a reducir costes y, por tanto, a mejorar su eficiencia, al mismo tiempo que ha abierto nuevas oportunidades de negocio.
El Gráfico 1 muestra la fracción de empresas con 10 o más trabajadores que, teniendo internet – prácticamente todas: 99,1% en España y 99,6% en la Región de Murcia– usan técnicas de IA. Las CCAA que encabezan la ordenación son las habituales, registrándose ciertos cambios en las posiciones rezagadas. El rango no es desdeñable, al triplicar el máximo de C. Madrid (17,8%) al mínimo de Canarias (6,0%), ocupando nuestra comunidad el puesto 12º con un 8,4%, cuatro puntos porcentuales por debajo de la media nacional.
Añadamos que, desde una perspectiva sectorial, hay que tener en cuenta los siguientes hechos: a) El sector agrario queda al margen de la muestra, lo que sin lugar a dudas penaliza los registros de nuestra comunidad en el contexto nacional; b) En la Industria, la fracción es muy similar a la nacional, rondando el 10% en ambos casos; c) La desventaja en la Construcción adquiere una dimensión extraordinaria, puesto que la porción murciana es nimia (0,1%), frente a una media española del 4,5%; c) La brecha es significativa en los Servicios: 10,3% en la comunidad y 15,6% en el total nacional.
La ETICCE informa sobre 22 posibles usos de la IA y solo en 4 la proporción de empresas que los han implementado es más alta en la Región de Murcia. Por tanto, padecemos un doble déficit: a) Es menor la fracción de empresas con 10 o más trabajadores que utiliza la IA; b) Si nos circunscribimos a esa minoritaria porción de empresas, en nuestra comunidad se hace en general un uso menos intensivo de sus posibles aplicaciones a la actividad empresarial. En el Gráfico 2 se recogen 10 de los posibles empleos de la IA en los dos entornos considerados, habiendo seleccionado discrecionalmente los que se nos antojan como más ilustrativos. Los nueve primeros se han ordenado de mayor a inferior desventaja relativa frente a la media nacional, puesto que solo en el último –Logística– el nivel regional sobrepasa al nacional, muy levemente por otra parte.
En esa decena de aplicaciones, la mayor incidencia de la IA se da en Automatización de flujos de trabajo, tanto a escala regional (35,5%) como nacional (39,0%). Se trata, en primera instancia, de la automatización de tareas repetitivas en diferentes ámbitos: gestión de inventarios, atención al cliente, facturación… En segundo lugar, a escasa distancia, nos encontramos con la Generación de lenguaje escrito o hablado, que en la fase inicial se refiere a usos como resumen de contenidos, redacción de textos, traducción, generación de informes… Y el tercer puesto corresponde al Aprendizaje automático para el análisis de datos (machine learning) que, en su versión más modesta, atañe al aprendizaje supervisado a partir de datos estandarizados que dan lugar a una respuesta conocida, pero con un vasto potencial. Puede constarse que la implicación empresarial en el resto de posibles empleos es, por el momento, sensiblemente inferior.
Desde una perspectiva diferente, orientada a captar nuestras principales flaquezas en el contexto español, cabe destacar las que ocupan las tres primeras plazas. Llama la atención el hecho de que el porcentaje de empresas que utilizan la IA para Marketing y ventas es poco más que la mitad del nacional. La desventaja desciende, pero sigue siendo amplia, en el Desarrollo por personal propio de los sistemas de IA adquiridos y en el apoyo a la Gestión de las actividades de I+D+I.
La IA va a determinar en gran medida el futuro, al reestructurar drásticamente la forma de funcionamiento de las empresas por lo que su eficiente adopción es uno de los actuales y principales retos. Todo ello sin olvidar los desafíos éticos que habrá que afrontar para que el desarrollo tecnológico asociado repercuta positivamente en el bienestar del conjunto de la sociedad, lo que entraña la búsqueda de un equilibrio tan adecuado como difícil de instrumentar.