La distribución del total de investigadores de la I+D interna en España y de la parte de los mismos que desarrollan su labor dentro de las Empresas en 2023 se muestra en el Gráfico 1. Como es sabido, el sector empresarial suele tener mayor importancia que la Educación superior y los entes investigadores de las AAPP, particularmente en los territorios con mayor grado de desarrollo económico. Cinco comunidades –C. Madrid, Cataluña, Andalucía, País Vasco y C. Valenciana– concentran alrededor de tres de cada cuatro investigadores españoles, dejando pues un escaso espacio para las doce regiones restantes. Pero lo más llamativo son las diferencias entre esas dos contribuciones. En seis casos, las cuotas de las empresas rebasan a las correspondientes al resto de los sectores (educación superior y administraciones públicas), como ilustran perfectamente los resultados del País Vasco, C. Madrid, Cataluña, Galicia, Aragón y Navarra. Por tanto, en once sucede lo contrario, siendo Andalucía la comunidad en la que la asimetría es más patente. La Región de Murcia tiene un peso en el total de investigadores nacionales (2,8%) que es mucho más elevado que el componente empresarial (1,6%).

La Tabla 1 ofrece tres indicadores para caracterizar la situación de la I+D interna empresarial de la Región de Murcia en el contexto de las CCAA. En síntesis:
- El primer indicador trata sobre el peso de las empresas en el total regional de investigadores (EJC), que es el criterio que ordena la clasificación (columna A). Nuestra comunidad se emplaza en la antepenúltima posición. Menos de la cuarta parte (23,4%) de los investigadores regionales realizan sus funciones en el seno del sector empresarial, que tiene un desfavorable registro en relación con la media nacional (40,7%) y, sobre todo, con la europea (56,6%).
- El segundo refiere el número de investigadores (EJC) de las empresas al total de la población (columna B). Si el resultado español (1,5) apenas supera la mitad del europeo (2,7), similar relación vincula a la media murciana (0,8) con la nacional, lo que equivale a decir que nuestro registro vuelve a ser muy adverso.
- El tercero es el número de investigadores de las empresas por unidad de producto: 100 millones de € de PIB para que el resultado sea legible fácilmente (columna C). Es un indicador que remite a la economía del conocimiento, es decir, a su utilización como input básico en los procesos de producción de bienes y servicios. Al día de hoy, buena parte de ese capital tecnológico se acumula en los investigadores, principalmente en los del sector empresarial. Lógicamente, cuanto más alto sea el número de investigadores por unidad de producto, mayor será la incorporación de conocimientos científicos y técnicos al proceso de producción. Los requerimientos de investigadores de las empresas murcianas por 100 millones de € de PIB se limitan a 2,9 EJC en 2023. Precaria cifra, alejada de la media española (4,8), aún más de la de UE-27 (7,1) y a una remota distancia de la vasca (12,3).

Por último, el Gráfico 2 da cuenta de la evolución temporal (2015-2023) de la aportación de la Región de Murcia al número nacional de investigadores (EJC) en los dos ámbitos reiteradamente utilizados: empresas y total de sectores de ejecución de la I+D interna. Resaltaremos los dos hechos siguientes:
- La persistencia de la asimetría entre ambas cuotas ya que, exceptuando el primer trienio, se puede apreciar visualmente que el diferencial entre las mismas ha permanecido bastante estabilizado en los últimos años.
- Nuestras contribuciones han seguido una trayectoria descendente desde 2021, con el resultado final de que, en 2023, alcanzan niveles decepcionantes.

En esta crucial cuestión de los investigadores de la I+D interna de las empresas, la Región de Murcia se caracteriza por unas graves carencias, que deberían ser corregidas. Pongamos un ejemplo: si tuviésemos como modesto objetivo alcanzar en 2030 el número de investigadores (4,8) de las empresas españolas por 100 millones de € de 2023, necesitaríamos contar con 1.920 EJC en 2030. El dato de 2023 es 1.164 EJC, lo que exige incrementar el número de contratados en 756 EJC entre ambos años. ¿Se han tomado medidas para ir reduciendo gradualmente ese diferencial? Y si se han adoptado: ¿Hay una evaluación a posteriori de los parcos resultados obtenidos hasta el momento? El futuro hay que labrarlo en el presente y, sin una gradual y sustancial mejora de la situación de la I+D interna de las empresas regionales, las expectativas no pueden ser halagüeñas.